El accidente de junio de 2025 del vuelo AI171 de Air India, un Boeing 787-8 que despegaba de Ahmedabad (AMD), mató a las 260 personas a bordo. El incidente sigue siendo un misterio, y las primeras pruebas sugieren que se trató de un acto deliberado: los informes preliminares indicaron que los interruptores de control de combustible se apagaron manualmente poco después del despegue. Meses después, la investigación se ha estancado y las tensiones entre las autoridades estadounidenses e indias están aumentando, lo que genera temores de un posible encubrimiento.

Profundización de conflictos en la investigación

La investigación está dirigida oficialmente por la Oficina de Investigación de Accidentes Aéreos de la India (AAIB), con el apoyo de la Junta Nacional de Seguridad del Transporte (NTSB) de Estados Unidos. Sin embargo, entre bastidores, los desacuerdos se han vuelto graves, ya que, según se informa, la NTSB sospecha que la AAIB obstruye la verdad.

Los investigadores estadounidenses temen que las autoridades indias estén ignorando deliberadamente las pruebas para proteger la reputación de la aerolínea o evitar la rendición de cuentas. La NTSB cree que la evidencia apunta a que el capitán apagó intencionalmente los motores, sin ningún intento de salvar el vuelo. Esta afirmación encuentra resistencia en la India, donde los tribunales han desestimado las sugerencias de error del piloto como “informes desagradables”.

Acusaciones y obstrucción de pruebas

El Wall Street Journal ha revelado una serie de incidentes preocupantes:

  • Según se informa, el jefe de la AAIB dijo a los funcionarios de la NTSB que la India “no era un país del tercer mundo” y que era capaz de realizar una investigación de forma independiente.
  • A los investigadores estadounidenses se les prohibió fotografiar los restos del avión, algunos de los cuales fueron trasladados antes del examen.
  • India inicialmente insistió en analizar los datos de las cajas negras en una ubicación remota para evitar el escrutinio, lo que obligó a los funcionarios estadounidenses a intervenir para garantizar un manejo adecuado en Delhi o Washington.
  • Los funcionarios del Departamento de Estado de Estados Unidos tuvieron que interceptar a los investigadores de la NTSB en el aeropuerto para impedirles abordar un vuelo militar con destino a una zona restringida dispuesta por funcionarios indios.
  • La AAIB supuestamente ralentizó la investigación al realizarla de forma secuencial, en lugar de adoptar un enfoque de revisión más amplio y rápido.

Grabadora de voz en cabina: faltan pruebas clave

La grabadora de voz de la cabina capturó los momentos críticos: los interruptores de corte de combustible se apagaron uno tras otro, con solo un segundo de diferencia entre ellos. El primer oficial preguntó por qué se apagaron los motores, pero el capitán negó su responsabilidad. El primer oficial intentó detener el avión, pero el capitán permaneció inconsciente.

Las autoridades indias afirman que una falla mecánica sin precedentes provocó que se cortara el combustible sin la intervención del piloto. La prueba crucial que falta es si se registró el sonido de los interruptores al moverse, un sonido fuerte y distintivo que confirmaría la operación manual.

¿Una investigación política?

La investigación se considera cada vez más un teatro político, y el Tribunal Supremo de la India interviene a petición de la familia del capitán y de los sindicatos de pilotos. Sólo se ha publicado información limitada de la grabadora de voz de la cabina, lo que alimenta aún más las especulaciones.

En última instancia, la integridad de la seguridad aérea depende de investigaciones imparciales. La actual gestión del accidente de Air India corre el riesgo de socavar la confianza en el proceso, sentando potencialmente un precedente peligroso.

La investigación sobre el vuelo AI171 de Air India sigue siendo profundamente polémica, con narrativas contradictorias y pruebas obstruidas. Si se permite que este caso derive hacia una resolución política en lugar de una investigación transparente basada en hechos, podría tener graves consecuencias para el futuro de la seguridad de los viajes aéreos.